miércoles, 13 de junio de 2007

La dehesa (II)

Los pastizales se dividen en cuatro tipos con funciones distintas:
  • Pastizal general: corresponde a las etapas más degradadas de la serie de vegetación climatófila (con humedad de origen exclusivamente climática) y estabilizado por pastoreo y/o cultivo agrícola eventual. La mayor parte de la producción primaria del pastizal general se concentra en primavera y otoño, con agostamiento precoz a finales de primavera, una producción otoñal dependiente de la lluvia y la invernal escasa o nula por el frío. La principal función es proporcionar la mayor parte del alimento al ganado en los periodos menos conflictivos del año y complementarlo el resto del año. Bajo cobertura el periodo vegetativo es más largo, la abundancia de especies vivaces generalmente y mayor y la composición florística distinta con presencia de especies nemorales más exigentes y de mayor calidad, pudiendo actuar este pastizal como foco dispersor de especies.
  • Majadal: es un pastizal de anuales y vivaces muy denso, de pequeña talla y buena calidad bromatológica, creado por la acción intensa y continua del ganado. Destaca la presencia de la Poa bulbosa. Se sitúan en las querencias del ganado, tanto naturales como artificiales; como colinas y collados, proximidades de abrevaderos, apriscos, puntos de suplementación, etc. Se puede inducir su aparición con redileo, fertilización fosfórica y aporte continuado de suplementos alimenticios en puntos concretos. La producción en materia seca del majadal es mayor que la del pastizal general porque presenta una muy buena capacidad de rebrote, además de una mayor apetecibilidad o palatabilidad y su calidad nutritiva superior por el trébol subterráneo. Los majadales también son importantes porque el trébol se agosta tardíamente proporcionando una buena cantidad de materia nitrogenada digestible al ganado coincidiendo con el periodo de lactación (mayor necesidad proteica), mientras que en otoño la Poa bulbosa es la especie que determina el inicio del periodo de pastoreo otoñal y el fin de la suplementación artificial al res el que más rápidamente brota tras las primeras lluvias. Por todo ellos los majadales son los pastizales más valiosos de la dehesa.
  • Vallicares y bonales: típicos de las vaguadas y depresiones con freatismo más o menos intenso y estacional en las que aparecen comunidades vegetales edafohigrófilas. En sustratos pobres en bases se llaman vallicares y aparecen mayoritariamente vivaces, con gramíneas altas y escasez de leguminosas. Poseen un valor pastoral medio con alta producción pero palatabilidad y calidad nutritiva bajas. Sin embargo, tienen un importante valor estratégico porque se pueden mantener verdes buena parte del verano. En suelos eutrofos (más raros) se encuentran fenalares similares a los vallicares, con gramíneas duras y bastas. Ambos acompañados de juncales mediterráneos. En caso de freatismo o encharcamiento prolongados se forman bonales, compuestos casi exclusivamente por terófitos fugaces de fenología muy tardía y de valor pastoral escaso.
  • Cultivos forrajeros: se hacen para proporcionar alimento al ganado en periodos de estrés. Se usa cebada, avena, trigo, centeno, veza-avena y gramíneas anuales como Lolium multiflorum.
Debido a la sequía estival y el frío invernal existe un periodo de carencia de alimento y otro de reducida disponibilidad que se soluciona a través de la trashumancia o transterminancia, el aprovechamiento de residuos de cultivos agrícolas, la importación de alimentos, la reducción de la alimentación del ganado hasta el límite del hambre y la concentración de celos y destete precoz.

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